Mis otros blogs amados...

Que es lo que más me gusta de viajar...

Voy a intentar comenzar desde el principio...
Viajar dentro de tu país, que en éste caso vendría siendo mi Chile querido..., es una cosa, pero cuando uno traspasa sus fronteras, siempre te queda picando el bichito...y quieres llegar, cada vez más y más lejos...  
Por allá por el año 2012, vivíamos en el norte de Chile, en una ciudad que amo con el alma, por su clima y por sus playas, mi Iquique glorioso... y disfrutábamos de una vida extremadamente agradable,  en todo sentido, solitos los tres, junto a mi marido y a mi pequeña hija de 4 años, siendo muy felices. 
Pero por esas cosas de la vida, que uno no puede explicarse, mi esposo se enfermó gravemente de salud y tuvimos que cerrar las puertas, tras nosotros y tomar un avión, de camino a la capital, Santiago, para internarlo en una clínica. Fueron períodos en donde yo me tuve que fortalecer como mujer, ya que, debía hacer todo lo posible por tomar las mejores decisiones, cruzando los dedos y rezando con mucha Fé, para que él lograra recuperarse. Fueron 40 días en total, entre el estado de terapia intensiva, hasta lograr salir de la clínica, triunfantes y poder regresar a nuestro hogar. 
Fueron períodos muy estresantes, donde logras plantearte el propósito de tu vida y desde ese planteamiento, al ver que mi esposo vivía para el trabajo y darnos confort, sentimos que eso no era suficiente, que nos faltaba algo más, algo que nos hiciera sentir que todo el sacrificio en el trabajo valiera la pena, pues entonces, pensamos que desde ese momento en adelante, nos daríamos el placer de VIAJAR e intentaríamos, llegar cada vez más lejos, para llevarnos todas esas experiencias en el corazón, porque si nos toca irnos de ésta vida, no irnos a manos vacías de experiencias, sino, a manos llenas. 
Cuando se te dan las posibilidades para viajar, ya que hay que decir que, no son realmente tan económicos y además, comienzas a tener claro, aquello que quieres conocer, no pasa ni un solo día, en tu día cotidiano de trabajo y familia,  que no estés soñando despierto con lo que vendrá... es como mágico, por lo menos para mi.
Viajar es maravilloso, te enriquece mentalmente y te sorprende,  en fin, te brinda tantas emociones, que son imposibles de cuantificar...
Es como una ilusión, que se va inflando día a día... Un globo que está a punto de reventar, pero que te anima a seguir inflándolo. Una ilusión, que motiva tus días más oscuros en el trabajo, de los cuales más vale ni acordarse... y te da alegrías, cada vez que los recuerdas. 
Por otra parte, soy una persona que busca conocer todos los temas y parámetros, de cada viaje, no espero que se me pase ningún detalle, para que todo salga perfecto..., pero nunca es así, porque aunque uno crea que lo controla todo, siempre surgen eventualidades y anécdotas inesperadas, que hacen que los viajes sean como una lotería...
 En la actualidad, mi hija es una adolescente de 14 años y tiene más experiencias de viajes en su cuerpo, que muchos adultos juntos...
Ahora, que ya tenemos varios viajes en el cuerpo, les voy a contar que me gusta elaborar rutas de viajes "económicas...", con hoteles de ubicación central, (para no tener que gastar demasiado en trasporte público, ya que en las grandes capitales, es un poco caro) y así poder recorrer, caminando las ciudades, además, me fijo en que la zona en que se encuentran, sea segura y que cuente con las condiciones de limpieza y comodidad, adecuadas para mi familia.

Por ejemplo, en nuestro primer viaje a Europa, por allá por el 2013..., la ruta fue, Santiago de Chile-Madrid, luego, Madrid-Londres en avión low cost, luego Londres-París, nuevamente low cost, luego París-Roma, también en avión, pero en línea tradicional y en Italia, rentamos un auto y nos dirigimos en él, a conocer Venecia y Florencia, para luego regresar a Roma. Para finalizar, nuevamente tomamos un avión y viajamos a Madrid. Estando en Madrid, necesitaba conocer a mis amigas blogueras de Barcelona, por lo que tomamos el tren rápido, llamado Ave y viajamos por el día, a conocer un poquito de Barcelona y reunirnos con mis amigas... 
Les contaré un poco de mis sueños hechos realidad. Desde pequeña, siempre quise conocer Europa, pero lo veía como algo muy distante, lejano, imposible..., luego por esos azares de la vida, ya casada y madre, de una pequeña niña, me comencé a interesar por el mundo de los blogs, ya que no me encontraba trabajando y necesitaba entretenerme en algo..., pues bien, cree un blog que me hizo trasladarme a lugares muy lejanos y conocer personas maravillosas... 
Mi blog se llamaba Mamá de una monita, ya que se trataba de la vida de mi hermosa hijita y publicaba en un sitio de madres blogguer, que también escribían de sus hermosos hijos, pero al otro lado del charco.
Por allí uno comienza a leer sus historias, comentarles y comienzas a conectarte con sus realidades, tan parecidas a las tuyas, educando a tu hija..., riendo o llorando, con sus experiencias y bueno, uno logra hacerse amigas..., amigas reales, que te escriben un mail, luego por whatsApp y luego, te hacen una vídeo llamada por skype... En fin, que por éste medio he conocido personas fantásticas, generosas, divertidas y muy espontáneas como Por fin, yo misma y mi gran amiga de Madrid Inma y su mundo. Entonces, sumamos la necesidad imperiosa de viajar con mi marido, a mi afán por conocer en vivo y en directo a mis compañeras de vida blogueras y todo se convirtió en una sola cosa.


Imaginen que mi hija a los 6 años, conoció y caminó, dentro del Coliseo Romano, para luego (es decir, un par de años después), estudiar la materia de historia universal, en su clase. Qué puede pasar por la cabeza de un niño, cuando le explican la grandeza e importancia del imperio romano, si ya estuviste ahí, lo conociste, caminaste por los lugares que te describen en los libros...
Rememoro cuando yo estudié esa parte de la historia, hace muchos años atrás... (al igual que su papá) y ni en pelea de perros, me hubiera imaginado que estaría en esas tierras, recorriendo y enamorándome, en cada perímetro de la ciudad de Roma.
Pero bueno, lo que quería explicar, es que cuando uno viaja, se vuelve una necesidad, te provoca una gran dependencia e incluso, se convierte en un vicio...
Y ésto es lo que nos ha pasado a nosotros, que siempre estamos ideando lo que haremos, en un posible destino..., salvo ahora, que estamos en casa, por ésta terrible pandemia del corona virus... Encerrados, mes, tras mes, trabajando desde casa y con fronteras cerradas, viajes anulados y nada de turismo, sin tener fecha de término, por el minuto... y preocupados de poder enfermar...

Este blog, como digo en su título, será de las experiencias curiosas que nos han pasado en nuestros viajes y no tendrá un hilo conductor, ni de fechas, ni de itinerarios, seguidos en nuestros viajes. 
Este blog lo escribiré para no olvidar las cosas más extraordinarias que hemos vivido, aquellas cosas que hicieron de nuestros lugares visitados, lugares con experiencias únicas, experiencias de nuestra familia chilena, por el mundo.
Para comenzar, les quiero contar que en nuestro viaje a Europa, el año 2013 lo hicimos en el mes de mayo, la primavera Europea y que para lo que uno vive en Chile, primavera es como el mes de la patria, fresco, pero con un sol que da calorcito..., nunca demasiado frío...

Viajábamos por primera vez a un destino tan lejano, marido, mi hija de 6 años y yo, con dos maletas de 23 kilos... Si, ya lo se, ahora con la experiencia aprendida, ya no lo volvemos a hacer, jajaja, ya que nos costó mucho trabajo movilizarnos con esas pesadas maletas y lo primero que les voy a contar, es que de llegada a Londres, desde el aeropuerto, tomamos el tren, para legar a la importante estación Victoria y como era de esperarse siempre hay algún latino... Se acerca a nosotros un tipo argentino y nos dice: che... ustedes, se vinieron a vivir a Londres??? y nosotros nos miramos y sonreímos y solo le explicábamos, que andábamos de vacaciones, con nuestra hija pequeña, que por eso andábamos con tantas cosas... Para nunca más volver con tanto equipaje, pero debo decir, que siempre me ocurre, que llevo todo lo que puedo necesitar, ya que tengo muchaaaaa ropa.....
Bueno, antes de que se me olvide, les había comentado que la primavera en Londres es diferente a la de Santiago, es del  terror..., muchísimo, pero muchísimo frío, como estar en  invierno. Pues me fue muy mal con la ropa que escogí, mucha blusita liviana y nada de lana, ni guantes, ni bufandas y solo una chaquetita poco abrigadora, pero muy bonita, hay que decirlo jajaja, por lo que lo pasé pésimo. Llegué a tiritar de frío, con el viento gélido. Por suerte, a mi hija le llevé de todo, de abrigo y ella no pasó por mi misma experiencia. Desde Londres, nos fuimos a París y aunque fue mejor el clima,  también en la sombra, se sentía un frío espantoso, por lo que tampoco lo pasé tan bien en ese tema. Conclusión: si no quieres gastar en ropa en París, lleva ropa de abrigo, si viajas en  primavera...

Antes de terminar éste primer post, les voy a contar una anécdota, que me sucedió en mi lugar favorito en el mundo, la Torre Eiffel. 
Ya desde kilómetros de distancia, la torre se vislumbraba magnífica, indescriptible, por lo que mi sueño hecho realidad de estar allí, me tenía por las nubes. Nos hizo un día casi caluroso, cielo despejadísimo y muy bello y mientras más nos acercábamos, mi corazón latía, cada vez más fuerte.
Adicta a la fotografía, no quería perder ningún detalle, de ésta experiencia única..., cruzábamos una calle y ya estábamos ahí mismo, debajo de la torre Eiffel...
Estaba sumida en una felicidad incomprendida, embelesada con su belleza y grandeza, estaba en éxtasis..., foto, tras foto, no cabía conmigo misma..., pero a mi esposo no se le puede ocurrir mejor idea, que comprarnos unos conos de helados, de exquisito chocolate... y bueno, se lo recibo, pero ni lo veo, ya que yo seguía completamente hipnotizada con la torre, entonces, ya íbamos caminando debajo de la Torre, como a la mitad y yo con el cono de helado afirmado, con la misma mano que afirmaba con ambas, mi cámara Nikon. 


Sigo sacando fotos muy concentrada, mirando hacia arriba, dentro de la torre y de repente, la bola de helado se desprende del cono y queda pegada sobre mi cabeza... Me alcanzan a ver, mi esposo y mi hija y se mueren de la risa, literalmente..., con ataque de risa bajo la Torre Eiffel...! y yo, me quito el helado, que me dejó todo el pelo pegajoso y ya no sabía, si reír o llorar... La magia del momento que estaba viviendo, se había coartado, en un segundo. Nótese que la foto de aquí al costado, es la que hizo que se me cayera el helado en la cabeza...

Después me dio una mezcla de sensaciones... algo de rabia e impotencia, ya que ellos seguían riéndose de mi y no entendieron lo que por mi cabeza pasaba, pero bueno, me alejé unos momentos, mientras se me pasaba el enojo, limpié mi pelo y siempre digna, me preparé para sacarme mil y una fotos con la torre, de fondo. Superado el impás..., nos juntamos los tres, nos reímos un rato juntos y comenzamos a tomarnos más fotos con mi adorada Torre... Nótese que en el año 2013, aún no había palo para selfies, por lo que nos turnábamos para sacarnos las fotos del celular o la cámara o le pedíamos a algún gentil turista, si nos la podía sacar y luego devolvíamos el favor.

Creo que mi experiencia debe ser única en el mundo, ¿o no?.
En las siguientes dos oportunidades, que tuvimos la fortuna de regresar a París, en el año 2017 y 2019, no me volvió a ocurrir lo mismo, debido a que, ya no vendían helados bajo la torre... Jajajajaja.

Creo que éstas anécdotas, continuarán...




4 comentarios:

  1. Lindas fotos y grandes anécdotas, amiga. Estoy segura que tienes muchas más por contar!

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    1. Gracias querida amiga, me siento tan feliz con ésta nueva creación, que ni que hubiera sabido, que iba a tener más tiempo para dedicarle, como ahora..., las vueltas de la vida jajaja. Tengo demasiadas anécdotas y ya me pican los dedos para escribirlas... Cariños!

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  2. la magia de atrapar cada recuerdo en una foto y que se transforme en un recuerdo presente bellos momentos con tú maravillosa familia 😗💓💓💓💓💓

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  3. Es precioso guardar éstos recuerdos, porque cada vez que los vuelves a mirar, revives las sensaciones vividas...
    Saludos y gracias por comentar.

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